La codicia nunca es saciada,
Cuanto más la persona tiene, más desea.
Lo que importa es tener, tener y tener.
Parece que la posesión representa algún poder.
Todo lo que ve, quiere comprar,
Va al centro comercial para su dinero gastar,
Mismo que todo pudiese llevar,
No se podría saciar.
Parece hasta las hijas de la sanguijuela:
Siempre quieren saber de: dame y dame.
En ese camino no podemos seguir,
Nuestra Tierra no va a aguantar,
Una hora todo va a acabar.
No habrá agua para tomar,
Ni aire para respirar,
Ni comida para alimentar.
Nadie va a aguantar.
El problema es que nadie piensa en el otro.
Cada uno solo quiere el bien para uno mismo,
Cada uno siempre quiere ganar mucho dinero.
Y después todo gastar, sin ningún freno.
Dar ayuda a otros, nadie lo hace,
Pues con eso, la codicia no se satisface.
Viviendo así, nuestro mundo está condenado,
Estamos haciendo todo equivocado,
Dejando la vida de la gente de lado,
Y por la adicción de la codicia siendo aprisionados.
Esta realidad necesita cambiar,
La gente necesita se concienciar.
El consumo desenfrenado debe parar,
Tenemos que parar de tanto comprar.
Y en la gente, debemos empezar a pensar.
Solamente así, este mundo sobrevivirá.
Este poema es parte del libro Poesías diversas volumen I.
Vea el libro: https://books2read.com/u/mYzB1V
No comments:
Post a Comment